No, no es Roma. Ni siquiera el tiempo de Juvenal, el legendario personaje romano que nació en Aquino, en el año 60 después de Cristo, célebre autor de la expresión “pan y circo”, mítica frase es perfectamente aplicable al Ecuador del siglo XXI.
Juvenal, extraordinario poeta, que se dedicó a cultivar la sátira política y jurídica, sentenció en uno de sus textos: “Hace ya mucho tiempo de cuando no vendíamos nuestro voto a ningún hombre; (pero) hemos abandonado nuestros deberes; la gente que alguna vez llevó a cabo comando militar, alta oficina civil, legiones -todo-, ahora se limita a sí misma y ansiosamente espera por solo dos cosas: pan y circo”.
En aquel entonces, los políticos romanos habían descubierto la fórmula perfecta para ganar los votos de los pobres, que consistía en regalar comida barata y entretenimiento.
Los ciudadanos podían escoger entre tres shows: teatro, carreras y luchas. Estas últimas, que eran las más sanguinarias, dominadas por la tensión y la adrenalina. Han sido comparadas con los partidos de fútbol, por el ambiente que se vive en ellos. Los políticos no solo empleaban el mecanismo de “pan y circo” para ganar partidarios, también lo hacían para ocultar hechos controvertidos.
Estas estrategias continúan vigentes, basta con revisar los hechos de esta semana y ver cómo, mientras la población estaba enloquecida festejando el triunfo de la Liga de Quito, el Gobierno adoptaba nuevas medidas económicas como el ajuste presupuestario, la reducción del subsidio a la gasolina extra y ecopaís, popularmente empleadas, la eliminación de 25.000 vacantes públicas y disminución del salario de altos cargos.
El único que se podría objetar en la frase es el tema del pan. En nuestros días, el alimento no baja de precio, y mucho menos se regala…
Roque Rivas Zambrano
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